Pero llevar ese estilo de vida muchas veces conlleva sacrificar algo que muchas veces no le damos su verdadero valor, el Tiempo. Si ese relojito que vemos pasar y que ya no regresa tiene un valor mucho más grande de lo que nos imaginamos. Cuando en realidad es que valoramos ese recurso? Solo de imaginar que inicias un lunes y de repente ya es sábado y como en la semana pasa uno trabajando y el sábado te toca hacer tareas que no se pudieron hacer durante la semana, de repente se nos fue el sábado ya es domingo y como estás tan cansado duermes hasta tarde o vas a la iglesia o alguna salida con la familia, de repente se terminó el domingo y ya es lunes nuevamente. Entonces sentimos que el tiempo pasa volando o pasó un año más y no sentimos que las cosas cambien tanto.
Ahora bien si uno decide tener más tiempo que trabajar, ahi viene una contradicción que de repente por no trabajar no lleva el sustento a su casa, su familia y de igual forma no se pasa un buen momento. Así que definitivamente hay un equilibrio entre trabajo y tiempo. Hay que saber vivir ese tiempo que tenemos libre o asignado para disfrutarlo y ese tiempo que tenemos asignado a trabajar. Las 24 horas de cada día en promedio 8 horas las pasamos durmiendo, 2 horas en el tráfico, 8~10 horas trabajando, y 4~6 horas libres las cuales podemos pasar en familia, amigos, viendo televisión u otras actividades, haciendo tareas del hogar o difrutar con los hijos.
La vida se llena de momentos y recuerdos, los hijos recuerdan muy bien el tiempo de calidad que se pasó con ellos, uno recuerda momentos cumbres como graduaciones, boda, algún evento deportivo al que uno fue o participó, algún viaje que vale la pena invertir en ello.
Trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Saludos!!
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